En SALVAR EL PALMAR siempre hemos hablado del modelo de “turismo sostenible” como aquel modelo responsable, sensible y ecológico que se debería aplicar en la Playa de El Palmar y en toda la costa de Trafalgar. Pero nos damos cuenta que esa palabra -“sostenible”- comienza a usarse muy fácilmente por nuestros políticos, como adorno cosmético y concepto “de moda” para disfrazar los mismos desarrollos turísticos de siempre. Todos se apuntan al carro de lo sostenible, aunque luego no cambien apenas nada. (Para que os hagáis una idea los macrohoteles, complejos de apartahoteles y urbanizaciones de “lujo” que quieren hacer por todo Trafalgar nos los venden los alcaldes de Vejer y de Barbate -apoyados por la Junta- como “sostenibles” por ser edificaciones “bajitas” y tener mucho espacio verde).
Hablando sin tapujos: tenemos unos políticos que están entregando de forma salvaje la costa aún virgen de Cádiz a las grandes promotoras pero, como se deben creer que somos tontos, lo disfrazan de “sostenible” y “p’alante”. Es vergonzoso, por no decir que es una auténtica tomadura de pelo a la ciudadanía a la que se deben. Por eso, vamos a tener que decirles a nuestros políticos con otras palabras que es lo que quieren y vienen buscando los miles de visitantes habituales de Trafalgar. Decírselo de una forma que lo entiendan todos y que ya no se puedan ir tan fácilmente por peteneras... ¿Preparados?
TURISMO RURAL DE PLAYA (sostenible, naturalmente) He ahí, señores políticos, lo que les están reclamando a gritos los turistas, residentes, y admiradores de la costa de Trafalgar. Deténganse un momento a pensarlo. No hay ningún lugar en España ni en el resto de la Europa mediterranea que pueda competir frente a ese sencillo pero innovador concepto turístico. TURISMO RURAL DE PLAYA. O lo que es lo mismo: todo la calidez, familiaridad y encanto del turismo rural, no en unas montañas, no en un paraje de interior, sino junto a unas de las playas más maravillosas y vírgenes que tenemos en nuestro país. UN AUTÉNTICO LUJAZO. ¿Quién más puede ofrecerlo?
Es en ese valor diferenciador y sin competencia donde reside la GRAN OPORTUNIDAD, ya no sólo para la zona, sino para toda la provincia de Cádiz, que encontraría en esa valiosa diferencia, el motor de desarrollo que tantos y tantos años llevan los políticos andaluces buscando en su chistera pasada de moda.
Y no sólo porque es costa gaditada cuenta con miles y miles de turistas y visitantes que ya buscan y piden eso, sino por que la aplicación de un modelo de TURISMO RURAL DE PLAYA favorecería enormemente la economía local, pues serían los propios vecinos los que participarían directamente del desarrollo de ese modelo a través de sus pequeños negocios rurales con encanto y el tejido productivo que todo ello generaría. En otras palabras, los vecinos serían PROTAGONISTAS del desarrollo de la zona, en lugar de rebajarles a meros espectadores -como proponen nuestros políticos- esperando sentados a ver desembarcar a las grandes promotoras, con la ansiedad de poder obtener algún trabajo estacional de camarero o de limpiadora.
¿Como tienen el valor estos políticos de seguir usando la retórica de la “creación de riqueza y empleo” para disfrazar como “bondadosos” los proyectos macrohoteleros?
En definitiva, con la puesta en marcha de un modelo de TURISMO RURAL DE PLAYA en El Palmar y el resto de Trafalgar se estarían dando los pasos para convertir toda la zona en un nuevo escenario turístico. Un emblema, una referencia para toda Europa. Y los gaditanos podrían sentirse muy orgulloso de estar ofreciendo algo que no tiene nadie, y que envidiarían todos: ni Marbella, ni Sancti Petri, ni Costa Ballena, ni ninguna de las miles de localidades que inundan de ladrillo nuestras costas, podrían igualarlo.
Los gaditanos no podemos dejar pasar esta oportunidad. Debemos alzar nuestra voz y poner freno a lo que pretenden hacer los ayuntamientos de Vejer y Barbate, con la complicidad de la Junta. Miles y miles de personas desde las redes sociales -turistas y admiradores de la zona- nos están respaldando. No estamos solos. Somos más y, sobre todo, somos mejores. Las futuras generaciones nos agradecerán el esfuerzo que estamos haciendo ahora. GRACIAS A TODOS.
Hablando sin tapujos: tenemos unos políticos que están entregando de forma salvaje la costa aún virgen de Cádiz a las grandes promotoras pero, como se deben creer que somos tontos, lo disfrazan de “sostenible” y “p’alante”. Es vergonzoso, por no decir que es una auténtica tomadura de pelo a la ciudadanía a la que se deben. Por eso, vamos a tener que decirles a nuestros políticos con otras palabras que es lo que quieren y vienen buscando los miles de visitantes habituales de Trafalgar. Decírselo de una forma que lo entiendan todos y que ya no se puedan ir tan fácilmente por peteneras... ¿Preparados?
TURISMO RURAL DE PLAYA (sostenible, naturalmente) He ahí, señores políticos, lo que les están reclamando a gritos los turistas, residentes, y admiradores de la costa de Trafalgar. Deténganse un momento a pensarlo. No hay ningún lugar en España ni en el resto de la Europa mediterranea que pueda competir frente a ese sencillo pero innovador concepto turístico. TURISMO RURAL DE PLAYA. O lo que es lo mismo: todo la calidez, familiaridad y encanto del turismo rural, no en unas montañas, no en un paraje de interior, sino junto a unas de las playas más maravillosas y vírgenes que tenemos en nuestro país. UN AUTÉNTICO LUJAZO. ¿Quién más puede ofrecerlo?
Es en ese valor diferenciador y sin competencia donde reside la GRAN OPORTUNIDAD, ya no sólo para la zona, sino para toda la provincia de Cádiz, que encontraría en esa valiosa diferencia, el motor de desarrollo que tantos y tantos años llevan los políticos andaluces buscando en su chistera pasada de moda.
Y no sólo porque es costa gaditada cuenta con miles y miles de turistas y visitantes que ya buscan y piden eso, sino por que la aplicación de un modelo de TURISMO RURAL DE PLAYA favorecería enormemente la economía local, pues serían los propios vecinos los que participarían directamente del desarrollo de ese modelo a través de sus pequeños negocios rurales con encanto y el tejido productivo que todo ello generaría. En otras palabras, los vecinos serían PROTAGONISTAS del desarrollo de la zona, en lugar de rebajarles a meros espectadores -como proponen nuestros políticos- esperando sentados a ver desembarcar a las grandes promotoras, con la ansiedad de poder obtener algún trabajo estacional de camarero o de limpiadora.
¿Como tienen el valor estos políticos de seguir usando la retórica de la “creación de riqueza y empleo” para disfrazar como “bondadosos” los proyectos macrohoteleros?
En definitiva, con la puesta en marcha de un modelo de TURISMO RURAL DE PLAYA en El Palmar y el resto de Trafalgar se estarían dando los pasos para convertir toda la zona en un nuevo escenario turístico. Un emblema, una referencia para toda Europa. Y los gaditanos podrían sentirse muy orgulloso de estar ofreciendo algo que no tiene nadie, y que envidiarían todos: ni Marbella, ni Sancti Petri, ni Costa Ballena, ni ninguna de las miles de localidades que inundan de ladrillo nuestras costas, podrían igualarlo.
Los gaditanos no podemos dejar pasar esta oportunidad. Debemos alzar nuestra voz y poner freno a lo que pretenden hacer los ayuntamientos de Vejer y Barbate, con la complicidad de la Junta. Miles y miles de personas desde las redes sociales -turistas y admiradores de la zona- nos están respaldando. No estamos solos. Somos más y, sobre todo, somos mejores. Las futuras generaciones nos agradecerán el esfuerzo que estamos haciendo ahora. GRACIAS A TODOS.
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