El  peligro de la excavadora y la piqueta se cierne sobre uno de los  «pulmones» de mayor valor ecológico del sur de España. El Ayuntamiento  de San Roque (Cádiz) trata de sacar adelante un criticado plan  urbanístico con el que se podrían construir 2.800 viviendas, campos de  golf y hoteles en un alcornocal situado en las fincas de Guadalquitón y  Borondo, en pleno litoral y junto a la prestigiosa urbanización de  Sotogrande. Un proyecto que en 2003 fue calificado como «inviable» por  la Junta, pero contra el que la Administración andaluza no se «blindó»,  y que ahora tiene visos de convertirse en realidad si el Plan de  Ordenación del Territorio del Campo de Gibraltar (Potcg) es aprobado.
Comunidades  de vecinos y ecologistas ya han presentado numerosas alegaciones. El  objetivo es salvar hectáreas y hectáreas de un vergel de gran  importancia medioambiental que rompe con la tradicional barrera de  ladrillo que se erige en la costa.
El riesgo que acecha a este alcornocal no es nuevo.  En 1987 el propietario de la primera de las fincas y el Consistorio  alcanzaron un acuerdo por el que estos terrenos se incorporaban al PGOU a  cambio de una superficie de 60 hectáreas para un campo de golf  municipal. Los trámites continuaron hasta que la Consejería de Medio  Ambiente declaró en 2003 «inviable» cualquier intento de edificar en las  200 hectáreas de alcornocales que pueblan Guadalquitón. «El gran error  que cometió es no proteger la zona», explica a ABC uno de los opositores  al proyecto urbanístico.
El espacio situado junto a la costa es un «caramelo»
Un nuevo área residencial
Han pasado dos años  y el discurso ha cambiado sutil pero peligrosamente para este espacio  natural. «En lo que respecta a Borondo-Guadalquitón, era la que tenía  más dificultades de salir adelante, porque se complicaba con la postura  de los ecologistas y los informes de Medio Ambiente. Pero parece que va a  prosperar este área residencial ligada a un espacio natural  para el disfrute general», señalaba el regidor tras una de las  reuniones con la Consejería de Obras Públicas y Transportes. Un espacio  de «valor natural» se convertía en una zona residencial.
La  puerta entreabierta que han aprovechado el Ayuntamiento y las  sociedades propietarias de las fincas, Servicios Índice S.A. y  Guadalquitón Inversiones S.A., se llama Plan de Ordenación del  Territorio del Campo de Gibraltar y las nuevas oportunidades de  aprovechamiento del suelo. El gobierno local y la otra parte firmaron el  20 de octubre del año pasado un convenio en el que se recogen 579.049  metros cuadrados para «uso residencial y terciario y un máximo de 2.800 viviendas».
El  Potcg declara suelo no urbanizable buena parte de Guadalquitón, pero  permite edificar para uso recreativo y hotelero en una franja de litoral  de 15 hectáreas y en otra gran superficie en la zona norte de la finca,  cercando el alcornocal. El espacio junto a la costa es un «caramelo»  para cualquiera con intereses urbanísticos y hoteleros. Una zona  paradisíaca, casi virgen, de alto valor ecológico que se vería  gravemente amenazada.
«Dotarles de luz y agua tiene su impacto»
El  proyecto urbanístico en el alcornocal de Guadalquitón y Borondo ha  generado un gran rechazo, que se ha hecho patente en forma de  alegaciones. Antonio Muñoz, representante de Verdemar-Ecologistas en  Acción, es uno de los máximos defensores de la conservación de este  espacio. Expresa su total oposición a cualquier tipo de intervención urbanística en el alcornocal y su entorno y señala que «creemos que la sociedad civil desea que permanezca tal como está».
Distintos  colectivos vecinales también se pronuncian en los mismos. «Debemos  vender un turismo sostenible», indica una de las residentes, quien hace  hincapié en la necesidad de romper el modelo impuesto en el resto del  litoral andaluz. 
«Cambia mi entorno vital»
Un  vecino se muesta contundente: «Cambiaría mi entorno vital. Es un lugar  que nuestros hijos y nietos deben conocer tal como está». «Sería una  patada que edificaran en Guadalquitón», señala otro, quien manifiesta  que «para mí es muy importante, porque vivo dentro de este paisaje». ABC  contactó con la Consejería de Medio Ambiente para saber si podía  realizar alguna actuación si se aprueba definitivamente la urbanización  de Guadalquitón y Borondo y señaló que ya han remitido el informe  ambiental para que se adjunte al Potcg, en el que siguen manteniendo su  postura de 2003 sobre la inviabilidad de construir en el alcornocal.


