Es alucinante que, al final, tengan que ser los ecologistas y otros colectivos los que tengan que ir a los juzgados para exigir que las administraciones... CUMPLAN LAS LEYES.
Noticia publicada por el Diario El Pais, en este link podréis leer la noticia completa, aquí os dejamos un resumen.
Los ecologistas se enfrentan a litigios interminables para frenar actuaciones que consideran desastres medioambientales. La vía judicial es el último recurso y cada vez obtienen más éxitos.
Denuncia tras denuncia, recurso tras recurso, años que pasan hasta que nadie sabe muy bien cómo acabará el galimatías legal en el que se ha transformado una denuncia contra una obra o una actuación urbanística, que se considera atentan contra el medioambiente. Ecologistas y colectivos sociales lo saben bien. "Es una carrera de fondo, pero yo creo que no cunde el desánimo porque empezamos a ver éxitos en el ámbito judicial. Se paran proyectos", advierte Mario Rodríguez, director ejecutivo de Greenpeace. Sostiene que los únicos que denuncian son las ONG o los grupos ecologistas. "Solo pedimos a las administraciones públicas que realicen su trabajo, que controlen y que hagan cumplir la ley. Y a los tribunales, celeridad. Parece absurdo que lo tengamos que hacer nosotros, pero así es". Greenpeace tiene un presupuesto de 50.000 euros al año para las denuncias y su defensa. "Es mucho dinero, teniendo en cuenta el tipo de organización que somos".La directora del departamento legal de WWF, Rita Rodríguez, comenta que ellos no tiene ningún interés en perseguir infracciones. "Acudimos a la vía judicial cuando es el último recurso que queda". A veces cunde el desánimo. "Es desesperante, hay ocasiones en que te dan ganas de tirar la toalla, irte a vivir y dejarte de líos", comenta Ángeles Nieto, de Ecologistas en Acción, que piensa que el problema se debe a que la política se ha introducido en todos los ámbitos. "Se llega a situaciones absurdas, de hechos consumados, como cuando los tribunales deciden que una obra es ilegal, pero ya está en funcionamiento", opina Mario Rodríguez.
Como ejemplos de la labor de estos colectivos destacamos dos actuaciones urbanísticas (el hotel de El Algarrobico, en Almería, y el desdoblamiento de la M-501, en Madrid); la parada del vertido de residuos industriales a las marismas del río Tinto, Huelva, y un proyecto de refinería que está provocando un fuerte rechazo social en Extremadura.
Símbolo del destrozo costero
Actuación: hotel Azata Sol, de 22 plantas y 411 habitaciones.
Ubicación: paraje del Algarrobico, en Carboneras (Almería). Parque natural del cabo de Gata-Níjar.
Situación actual: paralizado cautelarmente por un juez de Almería el 22 de febrero de 2006. Licencia municipal revisada de oficio en septiembre de 2008. Recurrida por el Ayuntamiento ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
No hay comentarios:
Publicar un comentario